Todos, alguna vez hemos sido testigos de la trágica lucha de muchas familias quienes han perdido a un ser querido para honrar los gastos por concepto de su funeral. Es por ello que, resulta entendible la razón de por qué cada vez más personas están planificando en vida su propio servicio fúnebre.
De hecho, no en vano, muchas personas consideran el acto de planificar su propio sepelio como parte de su planificación testamentaria. Ahora bien, ya sea que se planifique el de sí mismo o el de alguien más quien ya no está presente físicamente, hay preguntas que surgen y que pasaremos a responder de inmediato.
Planificando un funeral
Como se sabe, un funeral abarca a todo tipo de arreglo final del fallecido, ya sea que se opte por un entierro o por un servicio de cremación.
En cuanto a los costes del mismo en España, para hacerse una idea aproximada, el precio total de un funeral se sitúa en torno a los 3.500 euros, aunque si se opta por complementar los servicios básicos con otros extras, este puede aumentar hasta los 10.000.
La planificación previa de un funeral es de gran utilidad para cualquiera que desee eliminar el estrés y la incertidumbre de sus seres queridos, al hacer los arreglos con anticipación.
Pasos para planificar un funeral
Antes de planificar un funeral, el primer paso es pensar en qué tipo de evento se desea realizar. Ello determina la manera cómo la familia se quiere despedir para siempre de su ser querido.
Se puede optar por una ceremonia formal con una larga lista de oradores, o por una más casual y sencilla, tan solo acompañado por la gente más cercana al difunto.
Lugares para realizar el funeral
Muchos sepelios suelen llevarse a cabo al interior de las iglesias, o bien en la propia funeraria o, en ocasiones, en la casa de alguien. Lo normal es que el cuerpo del fallecido se encuentre presente dentro del féretro, con tal de que sus deudos puedan darle el último adiós, ya sea que la tapa de este se encuentre abierta o cerrada.
Esto quiere decir que, si el fallecido se encuentra de cuerpo presente en la estancia donde se realiza el funeral, dicho servicio debe llevarse a cabo en un tiempo razonable.
En caso de que los dolientes se decanten por realizar un proceso de incineración del cuerpo del difunto, también es posible celebrar el acto fúnebre. De hecho, cada vez más, la tendencia es planificar el sepelio antes de la cremación.
¿Quién preside el funeral?
Durante la realización de un funeral, generalmente un oficiante será quien presidirá la ceremonia y los amigos y familiares pueden expresar algún un elogio póstumo para el fallecido.
También, el hilo musical puede formar parte del oficio, ya sea en directo o grabada. El repertorio, generalmente, contiene a aquellos temas que significaron momentos especiales en la vida del difunto.
Los adornos y las palabras póstumas
Por regla general, el recinto donde se lleva a cabo un funeral suele estar ornamentado con arreglos florales, en los que se pueden incluir fotografías del fallecido.
Después del elogio fúnebre, muchos funerales dejan los micrófonos abiertos durante un tiempo prudencial, lo que permite a los allí reunidos expresar su conmoción por la pérdida de su ser amado, e incluso recordar aspectos de su personalidad.
En resumen, a la hora de planificar un funeral propio o ajeno, la persona puede escoger todas las variables con anticipación, así no dejará algo en el tintero.
Por ejemplo, las canciones que desea que suenen en el servicio, los tipos de flores que prefiere tener en el sepelio, las personas que le gustaría que hablaran en nombre del occiso, e incluso hasta los portadores del féretro.
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