A veces, la muerte ronda inesperadamente a la familia y se lleva consigo a un ser querido, sin que quede tiempo para preparar de manera adecuada los servicios fúnebres.
Es en esos momentos en donde todas aquellas cosas que podrían parecer fáciles se vuelven en contra de los deudos, se tornan en una inmensa carga que llevar a cuestas, pues es mucha la confusión y la tristeza que los embarga.
Entonces, a la hora de elegir a una buena funeraria donde acompañar por última vez a los restos del ser amado, es bueno revisar algunos consejos previos que ayudarán cuando se tenga que realizar toda esta serie de trámites intempestivos.
Consejos para elegir una funeraria
Lo primero a considerar antes de cualquier otro aspecto y comenzar a llevar a cabo el proceso de averiguaciones de los servicios funerarios, es investigar si la persona fallecida contaba con algún seguro de decesos, y si es así, ver bien qué tipo de coberturas abarca y actuar en función de ello.
Estudiar bien las opciones de funerarias
Antes de elegir a una funeraria, se debe consultar para saber al dedillo qué tipo de servicios ofrece, su reputación y cuál es la que más se adecúa al requerimiento específico del doliente, así como a su presupuesto, claro está.
Dicha consulta puede hacerse vía telefónica o personalmente. Es bueno estar acompañado por alguien que ayude a tomar la decisión, o bien, recuerde hacer las preguntas que se puedan llegar a pasar por alto. Recordemos, es este un tiempo difícil y de mucha carga emocional.
Presupuesto
Comparar presupuestos de diferentes funerarias es esencial. Sin embargo, no solo se trata de buscar la funeraria que mejor se adapte al bolsillo, sino, como se ha dicho, también se deben conocer el tipo de servicios que oferta y sopesar la relación calidad/precio.
Otro aspecto importante a tener en cuenta es que, en los precios se refleje el importe por concepto de impuestos. Debe estar incluido en presupuesto total. Es sumamente importante fijarse bien en este detalle si no se quiere pasar un mal rato.
La atención personal
Se debe observar y estar atento y pendiente de todo. Desde los empleados de la funeraria hasta la persona quien se encargará de brindar el servicio de preparación del cadáver.
Esto es algo fundamental, pues son ellos con quienes el doliente tratará directamente, y este debe evaluar que tan serviciales, sensibles, respetuosos de las creencias religiosas y amables son. En otras palabras, que tanto pueden adaptarse a la ceremonia.
Atención a los servicios fúnebres
Es necesario averiguar si la funeraria escogida presta un servicio velatorio completo, o si por el contrario son muy específicos en lo que ofrecen; por ejemplo, hay que observar si están debidamente capacitados para hacer cremaciones rápidas.
En general, lo más importante es que la funeraria que se elija se encuentre habilitada para brindarle a la persona todo lo que desea, y así pueda despedirse dignamente y como anhela de su ser querido fallecido.
Elección del féretro
Por último, se debe revisar en detalle a las distintas posibilidades que existen al momento de escoger el ataúd. A veces, esto puede resultar algo complejo, ya que existe una gran variedad de modelos con precios que fluctúan según la calidad del material.
Una vez adquirido, no hay que olvidarse de revisarlo muy bien, que esté en buen estado y que sea el modelo que realmente se quiere. A veces puede haber confusiones que se deben evitar.
Sobrellevar el fallecimiento de un ser querido es siempre una situación muy dura a nivel emocional, y contar con una buena organización en aspectos tan importantes como la ceremonia, los traslados o los trámites legales, es de gran utilidad.
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