¿Cómo y por dónde comenzar a prepararse para escoger el ataúd de un ser querido que ha dejado de existir? ¿De qué se trata la última voluntad del difunto? ¿Qué actividades se realizan en un funeral? Son preguntas que surgen en la mente de los deudos. Por tanto, lo mejor y más importante en todo momento es tomar las previsiones de rigor.
Un ataúd es la última morada donde el fallecido residirá después del corte final hacia otro plano de existencia. Es este el sitio ritual donde reposará a la vista de familiares y amigos reunidos para despedir a quien, en vida, fue un ser muy especial y querido.
¿Quiénes eligen el ataúd?
Es muy posible que una persona esté planificando su propia despedida, ello puede conllevar a una empresa de enorme trascendencia, ya que no solo será el propio beneficiado por la planificación previa y la escogencia de un buen ataúd.
Pero lo cierto es que, en la mayoría de los casos, son los familiares del occiso quienes deben correr de acá para allá tratando de resolver los engorrosos trámites y procedimientos legales a contrarreloj, aún sumidos en el dolor por la pérdida.
Por eso, dedicarse a redactar al detalle en un papel los últimos deseos e incluir a al tipo de ataúd que se prefiera será de inestimable ayuda para los familiares, para que puedan conocer los pasos que deben seguir y cómo llevar a cabo tan importante ceremonia.
¿Por dónde comenzar a escoger un ataúd?
El primer paso en sentido, es hacerse a sí mismo una pregunta transcendental: ¿en verdad se desea celebrar un funeral con posterior sepultura?
Pues bien, lo cierto es que, para la mayoría de las personas la ceremonia previa al sepelio es imprescindible. Además, es necesario informar al tanatorio acerca del lugar donde se desea que la misma se realice.
Algunos de los detalles a tener en cuenta son, además del ataúd, si se desea adornar la estancia con flores, la comida que se servirá, o hasta alguna canción preferida del fallecido que lo recuerde como era en vida.
Elección del ataúd
En caso que la persona haya deseado ser sepultada, puede escogerse un ataúd en el cual reposarán sus restos y donde será inhumado. También, además del féretro, se puede escoger el camposanto, así como la sepultura con su respectiva lápida donde descansar eternamente.
Sin embargo, en caso de escoger la incineración, también se puede elegir el lugar donde se quiere que se guarden, depositen o esparzan las cenizas una vez sucedida la cremación.
Si la decisión es ser enterrado en un cementerio o depositado en un columbario, lo más recomendable es tenerlo contratado por anticipado para tener la opción de poder escoger dónde reposar.
Los tipos de ataúdes más comunes
La mayoría de los ataúdes están elaborados en madera y metal. Estos son los dos tipos de ataúd más comunes.
Los diferentes tipos de ataúdes de metal son el de acero, el de bronce y el de cobre. Ahora bien, el tipo y la calidad del ataúd que se elija influirá en el coste del mismo.
Los ataúdes de acero son los más económicos. Eso sí, cuanto más grueso sea el acero, más costoso será. En cambio, las opciones más onerosas son las otras dos, es decir, el de hierro y el de bronce, debido a que son más resistentes y durables.
Si se opta por un ataúd de madera, en cambio, los mejores son los elaborados en roble, arce o caoba. Sin embargo, también los hay de pino silvestre o de madera de nogal, con varios acabados que van desde el satinado hasta el pulido de alto brillo.
Dónde comprar ataúdes
Lo mejor y más cómodo es adquirir un ataúd en la propia funeraria, pues esto facilita mucho las cosas en un momento de tan intenso duelo, angustia e incredulidad.
Sin embargo, adicionalmente, existen algunas tiendas especializadas que ofrecen a la venta ataúdes personalizados, ya sea con diseños prefabricados o construidos a la medida.
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