Aunque inevitable, la muerte es un trance muy difícil de afrontar y soportar en primera instancia. Sin embargo, saber qué y cómo decir a los niños cuando la pérdida de un familiar sobreviene es sumamente importante. Hay que utilizar las palabras correctas.
Son muchos los padres quienes evitan hablar de la muerte con sus hijos, sin embargo, ello no admite mayor dilación, en algún momento de sus vidas tendrán que hacerlo. ¿Cómo explicar lo indescriptible a los niños?
La muerte es una realidad
Los adultos deben estar conscientes que dialogar acerca de un hecho tan funesto no devolverá al ser amado. El problema y el dolor persisten allí y es necesario saber conducirlo y prepararse para comunicar lo ocurrido a los niños.
Mantenerse callado puede derivar en una serie de tabúes y mitos, limitaciones sin más, a la hora de intentar comprender el significado de la muerte y de los sentimientos que esta genera.
Consejos para hablar de la muerte con los niños
El vocabulario más idóneo para hablar de la muerte con un infante debe contener argumentos y palabras bien escogidas, dependiendo de la edad que tenga el niño. Pero, también debe incluir a nuestras propias experiencias, creencias, sentimientos y circunstancias, ya que, cada situación a enfrentar es siempre diferente.
No nos damos cuenta, pero, los niños ya tienen una conciencia previamente adquirida de la muerte y sus consecuencias para quienes sobreviven a la pérdida de un ser querido.
Casi todos los días, ellos viven de primera mano situaciones de muerte en los diarios, en las redes sociales, en los videojuegos o en las caricaturas.
La muerte siempre está presente en los cuentos de hadas, de princesas, de dragones y de monstruos. Es, sin duda, parte esencial de la vida y de la cotidianidad.
Es importante explicarles y permitirnos hablarles sobre ella. Definitivamente, estaremos brindándoles la confianza y la información que necesitan para despejar sus dudas.
La muerte y los niños
¿Debemos hablar de la muerte con nuestros hijos? Obviamente, con todo lo anterior, la respuesta es más que afirmativa.
No importa cuánto nos tardemos tratando de eludir el tema, los niños son como unas esponjitas que absorben y perciben todo lo que ocurre a su alrededor, incluso saben cuándo algo nos está afectando de más.
Algunos padres prefieren no hablar de estos temas para proteger a sus hijos de preocupaciones, mientras otros consideran que no es prudente tocar cualquier tema con ellos, bajo la premisa de que posiblemente no entiendan o no quieran saber. Nada más alejado de la realidad.
Sin embargo, para los temas delicados, hay que buscar hasta encontrar un perfecto equilibrio entre eludir y confrontar una información. Saber escuchar y prestar atención a sus inquietudes es urgente.
Además, se debe estar siempre abierto a los intentos de comunicación de los más pequeños. Hablar con sinceridad al dar las explicaciones, generarles confianza y respetar sus sentimientos y reacciones por sobre todas las cosas. Además, a estas hay que observarlas con detenimiento y no dejar algún atisbo de duda en el niño.
Significado de la vida y de la muerte para los niños
Normalmente, para los más chiquititos, es decir, aquellos niños en edad preescolar, la muerte es algo reversible, impersonal y atemporal. Esto se debe, sobre todo, a la influencia de los dibujos animados
Ya entre los cinco y los nueve años de edad, la mayoría comienza a darse cuenta de que la muerte es algo definitivo y para siempre, que todos vamos a morir algún día, aunque se protegen pensando que, de algún modo, podemos escapar de ella gracias a nuestro propio ingenio.
En esta etapa, los niños asocian la muerte con un esqueleto o con un ángel, y algunos de ellos incluso llegan a sufrir pesadillas. Durante la adolescencia, en cambio, comienzan a entender plenamente que la muerte es lo que es, parte de la vida, y empiezan a elaborar ideas filosóficas acerca de esta y el fallecimiento.
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